miércoles, 1 de febrero de 2012

Plásticos que se convierten en abono ganan terreno en Chile


Una vez que cumplieron su vida útil para beber líquidos,
los vasos de almidón de maíz se pueden usar como
macetas para almácigos o ir directo a una compostera.
En el BioHuerto UC ya tienen hortalizas creciendo en sustrato
generado con ellos.

Ya se venden en supermercados y se reparten en recitales y eventos. Bolsas de basura y envases de almidón de maíz pueden volverse un abono natural, al compostarlos junto con residuos vegetales.


    Si en abril del año pasado estuvo en el festival Lollapalooza y tomó una bebida Cola, es probable que su vaso -transparente y desechable como cualquiera de plástico-, hoy esté convertido en tierra de un macetero o biofertilizante de un árbol.


    Durante el evento se utilizaron cerca de 40 mil vasos de plástico compostable, un biopolímero que se fabrica a partir de almidón de maíz y de papa. De ahí que en condiciones de oxígeno y humedad adecuadas, se degraden hasta
quedar convertidos en tierra, tal como ocurre con cualquier residuo de verdura que sale de la cocina.


De la tierra a la tierra


    "Los bioplásticos tienen sentido justamente en productos como cubiertos, platos o vasos desechables", explica Augusto Cubillos, gerente de desarrollo de negocios de BioLogística, empresa que comercializa la materia prima para estos envases y bolsas compostables.


    En Lollapalooza, la organización exigía hacer lo que se conoce como close loop event , que consiste en reciclar o reutilizar todos los residuos generados por una actividad.


    El concepto también lo aplica la Federación de Estudiantes de la UC, que el año pasado en al menos tres eventos -incluyendo un paseo a la playa, un concierto rock y una fiesta- emplearon vasos compostables. En sólo una de estas actividades se emplearon mil vasos que luego terminaron en el BioHuerto Urbano de la Facultad de Agronomía. "Ya tenemos hortalizas creciendo en compost fabricado utilizando esos vasos", dice Santiago Rojas, voluntario del BioHuerto. Para Navidad regalaron almácigos de cilantro, lechuga y tomate en vasos biocompostables. "Después entierras la planta con vaso incluido y éste se convierte en tierra", dice Rojas.


    Las aplicaciones de los bioplásticos son aún más amplias. "Chile tiene 36 millones de ha erosionadas y, en paralelo, estamos llenando vertederos con toneladas de residuos orgánicos que nos podrían servir para rescatar esas tierras", advierte Cubillos. Y es que justamente en el manejo de grandes volúmenes de residuos orgánicos, los plásticos compostables tienen su mayor potencial.


    Un ejemplo a pequeña escala tiene lugar a diario en las oficinas centrales de IBM en Santiago. Desde hace dos años, todos los residuos vegetales que se generan en su cocina y cafetería -cerca de 4,5 toneladas mensuales- se separan en bolsas de almidón de maíz que se envían a una planta de compostaje industrial, dice Jorge Henríquez, ingeniero de Real State & Site Operations de IBM Chile.


Sin abrir la bolsa.


    "En un proceso que tarda 10 a 12 meses. Esos residuos, junto a sus bolsas, se convierten en biofertilizante y compost suficiente para fertilizar todo el césped del Parque de las Esculturas (cerca de media hectárea) durante un año", ilustra Aída Garbarini, gerente técnico de Reciclajes Industriales, planta donde los residuos se convierten en compost.


    Las posibilidades, agrega, son enormes para comenzar a compostar toneladas de residuos vegetales que hoy generan hoteles, casinos, colegios y patios de comida. "Si se echan en bolsas plásticas sólo pueden ir a un vertedero como basura. En cambio, en bolsas de origen vegetal lo compostas todo junto y logras que el ciclo se cierre".


Integrar actores.


    Los plásticos compostables aún son caros. "Cerca de 300% más que un plástico derivado de petróleo", advierte Pablo Escobar, presidente de la Asociación de Industriales del Plástico. Pese a eso, dice, "puede ser un negocio interesante para municipios, gobiernos y particulares si se integra la separación en origen, el uso de bolsas compostables y el transporte hasta plantas de compostaje industrial".


Fuente: Diario El Mercurio

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