Lollapalooza: Su fuerza

2012 - Björk

    Fue casi sin querer. En 1991, el vocalista de la banda de rock Jane's Addiction creó uno de los festivales más influyentes de Estados Unidos y el mundo. La excusa: un evento que funcionara como gira para despedir a su grupo. A la larga, Lollapalooza se transformó en un escenario donde podían estar todos aquellos grupos y solistas que no calzaban con el mainstream del momento, esa música que fue clasificada con una palabra nueva por esos años: alternativa.


La música alternativa.


    Lollapalooza no es un evento donde tótems de la industria lleguen a repetir fórmulas de memoria. Tampoco es un festival de pirotecnia y grandilocuencia. Mucho menos un concierto de bandas emergentes de nombres poco recordables. Lollapalooza busca decodificar el presente: mostrar a los músicos que explotarán mañana, los que ya lo están haciendo y que
en festivales siguientes regresarán. Y ya no como una banda más, sino que con un lugar privilegiado en el cartel. Como MGMT en 2008 y hoy en 2012.


Ejemplos para explicar el espíritu genuino del festival, sobran.

1994 - Green Day

    En 1994, Green Day llegó a Lollapalooza con "Dookie" bajo el brazo. Un año más tarde, la industria los premió con un Grammy, y el público con el número uno en el Billboard. Algo parecido a la sorpresiva aparición de Red Hot Chili Peppers en 1992, previo a su conquista del mundo. Lo mismo con Lady Gaga. Sí. El pop de Lady Gaga dio sus primeros pasos en estos escenarios.










    Lollapalooza no siempre ha tenido éxito, tuvo una época en que fue cancelado por la casi nula venta de entradas, y varios años en que simplemente no se pudo producir. Pero el espíritu estaba y así volvió a renacer con una fuerza que alcanzó para llegar hasta Chile en 2011 y a Brasil este año. 


    Quizás no estén todos los que hubiéramos querido, quizás hay varios que sobran, pero Lollapalooza es eso: una apuesta. Así es como hay que disfrutar este festival. Tal como fue concebido.


Fuente: Revista Wikén