Las grandes bibliotecas ya no son sólo para los
afortunados que viven en las mismas ciudades en las que ellas se ubican.
Ahora se pueden visitar a través de la red y descargar gran parte de
los libros que albergan.
Tienen más de
cuatro mil años acompañándonos, en todas las sociedades y culturas.
Además de centros de acopio de información, las bibliotecas están
integradas por textos de literatura, de información histórica, de
servicios sociales, de obras de referencia, de diarios e incluso hoy de
música y películas. Con el advenimiento de internet, las bibliotecas
públicas han vuelto a revivir una etapa de esplendor, gracias al acceso
rápido y cómodo. Pero también se han abierto a nuevos desafíos. Ya no
basta con tener la base de datos de libros disponibles; también se deben
poder descargar, compartir y, en algunos casos, oír.
Aprovechamos de mirar cuatro ejemplos que han impulsado caminos diversos
en su estrategia online, pero con un común denominador: acceso a
libros.
Project Gutenberg
El que desde la comodidad de tu escritorio puedas
descargar "Don Quijote" y hasta poder oírlo es un beneficio que sólo
internet permite. Esta librería onlin e ofrece más de 36 mil libros,
descargables en casi cualquier formato. Incluso tienen un sitio para
celulares (http://m.gutenberg.org/) donde es posible buscar en español
por temas, título y autor. Y también descargar, en
numerosos idiomas. En
términos de diseño, el sitio no es muy atractivo, pero es en lo
práctico donde reside su belleza. Es muy fácil de usar e invita a bajar
una gran cantidad de libros. Por ejemplo, están las obras completas de
Charles Dickens, Oscar Wilde, Charles Darwin... Hay un gran número de
libros en audio. www.gutenberg.org
Biblioteca Nacional
Es un sitio enorme, pero que ha crecido
inorgánicamente, lo que genera confusión a la hora de navegar. El
ejemplo más claro es el catálogo que es de alta complejidad, al punto
que uno se pierde fácilmente y lo desecha. Un acierto es la Biblioteca
Virtual del Bicentenario (http://www.bibliotecavirtualdelbicentenario.cl/). De hecho permite
bajar libros en formato PDF. Se puede encontrar desde "Martín Rivas", de
Alberto Blest Gana, hasta "La Araucana", de Alonso de Ercilla. En
general, la Biblioteca Nacional de Chile tiene un sitio sumamente
confuso, sin orden ni norte. Falta un instructivo de cómo usar el sitio,
y que sea fácil de leer y breve. www.dibam.cl/biblioteca_nacional
New York Public Library
Es lo que uno pide de una librería pública
online: ordenada, simple de navegar y con una presentación clara de sus
contenidos. Es cosa de ir al catálogo de libros y ver con toda nitidez
las obras disponibles o hasta reservables. La página de "¿cómo usar la
librería?" merece otra distinción. Es clara y contundente. Saben lo que
es un sitio para el usuario final. La página también permite asistir a
videos con conversaciones y entrevistas con diversos autores. Por
ejemplo, está disponible una exposición sobre los 100 años de las
revistas literarias. En fin, un sitio completo, bien ordenado y que
ayuda al lector. ww.nypl.org/collections
British Library
Es quizás la más ordenada y eficiente de todas las
librerías disponibles online . La organización del sitio es de primera.
Luego permite realizar compras y descargas de textos, audios y
películas. El itinerario de la librería es posteado en Twitter y se
puede seguir en otras redes sociales.
Sobresale el trabajo de investigación hecho sobre materias particulares.
Un ejemplo es la recopilación de todos los documentos en torno a
Enrique VIII: hay desde certificados de bautizo hasta documentos
interactivos. También destaca el material relacionado con los textos
sagrados. Es posible ver videos, oír podcasts y leer todos los textos
online. www.bl.uk
Fuente: Diario El Mercurio
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